4 de março de 2014

Nuevos paisaje metropolitanos: del paisaje figurativo al paisaje-red


por Eduardo de Santiago



Paisaje Transversal Blog: Nuevos paisaje metropolitanos: del paisaje figurat...:

1. Una lectura espacial del territorio contemporáneo: de la estructura formal a la estructura relacional.

La ciudad ya no existe[1]. Antes pensábamos en la ciudad como conjunto, como aglomerado diferenciado y reconocible, cerrado o limitado; y tenía sentido pensar en la forma de las ciudades porque era posible distinguir nítidamente en ellas un conjunto morfológico producido por la adición sucesiva de tejidos urbanos, cada uno con su propia genética; una figura, sobre un medio o paisaje natural, un fondo. La ciudad era un paisaje figurativo[2].

Carlos Martí (1999, p.57) apunta en este mismo sentido cuando afirma que “la ciudad ya es no un artefacto delimitado y concluso, un objeto autónomo circundado por la naturaleza, sino que, sometida a un proceso de expansión constante, es ahora una realidad inabarcable y mutante, cuyos límites se han hecho imprecisos y borrosos”. Veamos cuáles son las claves de las nuevas estructuras urbanas:

La primera industrialización y la concentración acelerada de población en torno a la ciudad introdujeron nuevas solicitaciones y requerimientos (tamaño, urgencia, etc.) que sólo pudieron responderse en tiempo y forma perdiendo parte de la coherencia (homogeneidad, continuidad de tramas, etc.) que había caracterizado al crecimiento sedimentado (sumativo, anular, por estratos) de épocas anteriores. Así se fueron yuxtaponiendo con violencia los nuevos tejidos requeridos por el sistema (espacios productivos, polígonos de empaquetamiento residencial, etc.) a la figura original, sustituyendo el viejo paisaje figurativo previamente existente por un collage[3] de fragmentos heterogéneos, compuesto por las antiguas piezas y las nuevas, con tamaños, formas, funciones y significados diversos; y sin embargo todavía vinculadas por el criterio de continuidad, de contigüidad. Las relaciones entre las partes dejaron de estar articuladas orgánicamente y fue la lógica de la yuxtaposición la que pasó a dotar de sentido al conjunto.


Fig. 3 y 4. La disolución progresiva de la figura y el fondo. La lógica de la yuxtaposición. Collage de Braque (1917) y fotoplano de la periferia de la ciudad de Logroño (2005)

Poco después, comenzaron a intensificarse también las dinámicas de descentralización masiva de la población y de las actividades productivas (ambas expulsadas por los precios del suelo), que fueron las causas fundamentales del crecimiento a saltos, del salto metropolitano. Así, estos saltos obligarían a alejarse aún más al observador del objeto analizado para ganar distancia, para poder entrever dentro de una misma lógica estos nuevos crecimientos dislocados. Pero con distancia suficiente, todavía era posible un entendimiento global del conjunto: el crecimiento era discontinuo, pero precipitaba sobre ciertos núcleos, estaba catalizado por perlas metropolitanas. Y, de este modo, todavía era posible encontrar una forma, entrever una figura (compuesta, eso sí), capaz de ofrecer una interpretación, una metáfora: el sistema planetario howardiano, espacialmente discontinuo pero funcionalmente integrado, un sistema además con una estructura muy fuerte, basada en férreas jerarquías y dependencias-relaciones verticales (centro-periferia, núcleo central-satélites, etc).

Pero la discontinuidad explotaría con la generalización de los procesos dispersivos, arrinconando definitivamente a la continuidad como principal criterio explicativo del crecimiento urbano, desdibujando las figuras definidas, disolviendo las estructuras yuxtapuestas, obligando al observador a alejar aún más la lente, a subir otra vez de escala para encontrar una nueva distancia suficiente que permitiera contemplar e integrar en una visión totalizadora formas yuxtapuestas, aglomerados planetarios y formas dispersivas. Y esa distancia resultante era de ya tal calibre que obligaba a considerar plenamente, a incluir en el campo de visión, no sólo el lleno, sino también el vacío: los distintos espacios y resquicios entre figuras, constelaciones de planetas, pieles de leopardo, archipiélagos dispersivos, vestigios naturales, fragmentos de ruralidad, etc.. Ofreciendo, como en el action painting, una composición de intensidad variable, concentraciones, grumos de materia sobre determinados puntos, fragmentos de figuras, drippings, silencios o rincones, amasijos de violenta concentración, etc.
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http://www.paisajetransversal.org/2008/02/nuevos-paisaje-metropolitanos-del.html

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