Itinerario a pie
Quando:
18 enero 2015 - 10.00h
Onde:
Barcelona - CCCB
Programa
¿Cómo favorecer la mezcla de usos, culturas y clases sin excluir a nadie?
El que había sido el sector más desfavorecido de la Barcelona enmurallada, tapiz de huertas puntuado por hospitales y conventos, es hoy el barrio más densamente poblado de la ciudad. En la evolución entre estos dos extremos, el Raval ha devenido un territorio cosmopolita a base de mezclas y contrastes, pero nunca ha conseguido librarse de los efectos de la marginalidad.
El Raval ha sido siempre un territorio al margen. Ya lo indica su propio nombre, proveniente del árabe rabad, que designa- ba a la población de las afueras de las murallas en las medinas medievales. Con el mismo nombre se estigmatizaba el barrio de los leprosos, las prostitutas u otros colectivos excluidos de la ciudad intramuros. Ni siquiera una vez incluido dentro del recinto amurallado, el Raval dejó de estar relegado a una posición retirada y tributaria. En lugar de consolidarse y fundirse con el resto de la trama urbana, el entonces Barrio de las Tapias permaneció tapizado de huertas y campos que, durante tres siglos de crisis, asedios y epidemias, constituirían una valiosa despensa para Barcelona.
El insólito hueco amurallado atraería tres tipos de instituciones que determinarían su estructura urbana. Por un lado, las órdenes religiosas, con la voluntad de alejarse del alboroto mundano sin exponerse a los peligros del campo abierto, construirían numerosas iglesias y conventos. Por el otro, se levantarían grandes centros sanitarios y de beneficencia donde los enfermos y los desvalidos pudieran disfrutar del sol y el aire libre. Más tarde, las primeras industrias barcelonesas encontrarían terrenos amplios y apartados donde poder emitir humos y ruidos sin molestar a nadie. Pero las fábricas trajeron consigo a las masas obreras y sus alrededores se poblaron de forma apresurada y precaria. Así es como las sedes religiosas y sanitarias que habían flotado en un mar de huertas y campos quedaron atrapadas dentro del espesor de un barrio que, todavía hoy, es el más densamente poblado de Barcelona.
La inversión topológica que había converti- do lo vacío en lleno se completaría con el vaciado de muchos de los grandes edificios que, como huesos de fruta, puntuaban la pulpa residencial del barrio. Algunos de ellos, desamortizados y derrocados, darían paso a nuevas plazas; otros, reconvertidos y abiertos al público, ofrecerían al barrio la diafanidad de sus patios y salones. A pesar de la fuerza estructuradora de estos huecos excepcionales, la precariedad de las vivien- das y la adyacencia del Puerto y el Paralelo atrajeron a una población tan cosmopolita como marginal. Proletarios, recién llegados sin oportunidades, artistas bohemios y forasteros de paso convertirían el barrio en un enjambre de contrastes donde burdeles y tascas convivían con tiendas y talleres. Hasta hoy, la lógica del vaciado ha intentado desenredar ese mundo subterráneo con eventraciones higienistas como la Rambla del Raval. Algunas de estas operaciones han aportado mezcla de usos y nuevas centrali- dades; otros, han gentrificado un barrio que, todavía hoy, presenta muestras alarmantes de exclusión y marginalidad.
Ver mais:
- http://www.cccb.org/es/itinerari-el_raval_territorio_cosmopolita-44608?utm_source=destacats_15012015&utm_medium=email&utm_campaign=newsletter
- http://www.cccb.org/rcs_gene/dossier_itineraris_raval.pdf
18 de janeiro de 2015
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